viernes, 29 de agosto de 2008

Las respuestas se han acabado.
Quizá nunca existieron
y sólo eran espejos
enfrentados al vacío.
Pero ahora también las preguntas se han acabado.
Los espejos se han roto,
hasta los que no reflejaban nada.
Y no hay modo de rehacerlos.
Sin embargo,
tal vez quede en alguna parte una pregunta.
El silencio es también una pregunta.
Resta un espejo que no puede romperse
Porque no se enfrenta a nada,
porque está adentro de todo.
Hemos encontrado una pregunta.
¿Será el silencio también una respuesta?
Quizá a determinada altura
las preguntas y las respuestas son exactamente iguales.
Si pudiéramos dibujar los pensamientos
como una rama se dibuja contra el cielo,
tal vez algo viniera a posarse sobre ellos
como un pájaro en la rama.
Arrastramos un error de sustancia:
debimos ser materia más concreta
en la palpable red que nos envuelve.
Y para soportar nuestra carencia
dibujamos estas imágenes errantescomo ramas contra el cielo
No podemos detener los dibujos que se forman en el aire.
No podemos detener los dibujos que se descuelgan de la noche.
No podemos detener los dibujos que nos incendian el pensamiento.
No sabemos quién traza esos dibujos.
No sabemos por qué esos dibujos adornan
estos vagos suburbios de la nada.
Ni siquiera sabemos si nuestros ojos sirven
para ver esos dibujos.
Pero el hecho que más nos sorprende
es que todas las cosas resulten incompletas,
ya que ninguna existe o se sostiene
sin la complementación de estos dibujos.
No es raro entonces que estos dibujos nos parezcan
más perfectos que el aire,
más habitados que la noche,
más reales que el pensamiento.
Podría quizá olvidar algo que he escrito
y volver a escribirlo de la misma manera.
Podría olvidar la vida que he vivido
y volver a vivirla de la misma manera.
Podría olvidar la muerte que moriré mañana
y volver a morirla de la misma manera.
Pero siempre hay un grano de polvo de la luz
que rompe el engranaje de las repeticiones:
podría olvidar algo que he amado
pero no volver a amarlo de la misma manera.
Ciertas luces apagadas
iluminan más
que las luces encendidas.
Hay lugares donde no es preciso
que algo esté encendido para que alumbre.
Pero además hay cosas
que se aclaran mejor con las luces apagadas,
como algunos estratos oblicuos del hombre
o algunos rincones que se instalan subrepticiamente
en los espacios más abiertos.
Y hay también una intemperie de la luz,
una zona despojada y ecuánime
donde ya no hay diferencia
entre las luces encendidas
y las luces apagadas.
Sacar la palabra del lugar de la palabra
y ponerla en el sitio de aquello que no habla:
los tiempos agotados,
las esperas sin nombre,
las armonías que nunca se consuman,
las vigencias desdeñadas,
las corrientes en suspenso.
Lograr que la palabra adopte
el licor olvidado
de lo que no es palabra,
sino expectante mutismo
al borde del silencio,
en el contorno de la rosa,
en el atrás sin sueño de los pájaros,
en la sombra casi hueca del hombre.
Y así sumado el mundo,
abrir el espacio novísimo
donde la palabra no sea simplemente
un signo para hablar
sino también para callar,
canal puro del ser,
forma para decir o no decir,
con el sentido a cuestas
como un dios a la espalda.
Quizá el revés de un dios,
quizá su negativo.
O tal vez su modelo.

martes, 19 de agosto de 2008


Toda nomenclatura es triste.
Huele a campos tapiados,
a cadenas de lúgubres adioses,
a pisadas que aplastan,
a papeles manchados,
a descarnadas corrosiones.
Aunque se enumeraran ángeles,
aunque se encolumnaran rosas,
aunque se indizaran amores.
Toda nomenclatura traba
la azul enredadera
cuyos brotes demuestran
que el silencio es un verbo.
Toda nomenclatura atrasa
el reloj sin cuadrantedel ritmo que es la vida

Hay que alcanzar esa mirada
que mira a uno como si fuera dos.
Y después mira a dos
como si fueran uno.
Y luego todavía
mira a uno y a dos
como si fueran ninguno.
Es la mirada que escribe y borra al mismo tiempo,
que dibuja y suspende las líneas,
que desvincula y une
simplemente mirando.
La mirada que no es diferente
afuera y adentro del sueño.
La mirada sin zonas intermedias.
La mirada que se crea a sí misma al mirar.
El hombre es siempre
el constructor de una cárcel.
Y no se conoce a un hombre
hasta saber qué cárcel ha construido.
Algunas veces parece sólo la propia,
pero siempre es también la de otros.
Y no le basta con construir la prisión:
aporta también el carcelero.
Lo único que el hombre no pone
es el material para hacer la prisión,
porque sobra en todas partes.
Pero hay otra cosa
que no sabemos quién la pone:
el combustible para el incendio.
Detener la palabra
un segundo antes del labio,
un segundo antes de la voracidad compartida,
un segundo antes del corazón del otro,
para que haya por lo menos un pájaro
que puede prescindir de todo nido.
El destino es de aire.
Las brújulas señalan uno solo de sus hilos,
pero la ausencia necesita otros
para que las cosas sean
su destino de aire.
La palabra es el único pájaro
que puede ser igual a su ausencia.

jueves, 14 de agosto de 2008


Atraviesa este paisaje mi sueño de un puerto infinito
Y el color de las flores se transparenta en las velas de grandes navíos
Que zarpan del muelle arrastrando sobre las aguas cual sombra
Los rostros al sol de aquellos árboles antiguos...
El puerto que sueño es sombrío y pálido
Y el paisaje está lleno de sol de este lado...
Mas en mi espíritu el sol de este día es puerto sombrío
Y los navíos que salen del puerto son estos árboles al sol...
Liberado dos veces, me abandono al paisaje de abajo...
El rostro del muelle es el camino nítido y en calma
Que al elevarse se yergue como un muro,
Y los navíos pasan por dentro de los troncos de los árboles
Con una horizontalidad vertical,
Y dejan caer en el agua las amarras dentro de las hojas una a una...
No sé quien me sueño...
De súbito toda el agua del mar del puerto es transparente
Y veo en el fondo, como una estampa enorme que allí estuviese desdoblada,
Todo este paisaje, hilera de árboles, camino que arde en aquel puerto,
Y la sombra de una nao más antigua que el puerto pasa
Entre mi sueño del puerto y mi mirar de este paisaje
Y llega al pie de mí, y en mí se adentra,
Y pasa al otro lado de mi alma...


Amo
esta carnadura
que sigue contemplándome
debajo de mis párpados.
Amo
esta muerte viva
clandestina
que siempre se me muere antes de tiempo
y siempre resucita.


Vomitar el mundo, expeler su sustancia irreal y viscosa, como el enfermo que se libera en una arcada. Y quedarse sin mundo, con la nada en la mano, o quizás una flor, que ya tampoco está en el mundo, sino en el cerco de cauta realidad que lo circunda. Y no buscar entonces otro mundo. Renunciar al infiel conglomerado bajo cualquiera de sus formas y enhebrar con la antiforma el hilo suelto y escondido del revés de todos los mundos. Y de allí sostenerse, de esa ejemplar delgadez, como el canto que se sostiene del vuelo, o el amor de una ausencia. Y empezar la ferviente antihistoria de crear antimundos.

A ver Quintiliano Qué clase de hombres eran los romanos?A ver, Cómodo, a ver,Qué clase de hombres siguen siendo los cristianos? Pueden ser cuestiones tusculanas pueden ser…Pero pregunto cómo le vamos a hacer, ceder, toser, coger, lamer, beber, lamer, beber, coger?Apuleyo, Diocleciano, Escipión el Africano, todo es nulo… Rutiliano, Estrabón, Polibio, Ninfido y Trajano, todo es nulo…De qué les ha servido su terminación?La estoica, la peripatética y la académica…Si a Tertuliano, se le hincha un huevo y destruye de un huevazo todo todo lo pagano!A ver Quintiliano Qué clase de hombres eran los afganos?A ver, Cómodo, a ver,Qué clase de hombres son los norteamericanos? Pueden ser cuestiones tusculanas pueden ser…Pero parece que matar les da placer, matar les da placer, matar les da placer. Aquí estamos sus pendejos, menos mal que estamos lejos, aquí estamos sus pendejos. Tiren bombas y misiles, contra todos los civiles. Mueran cientos. Mueran miles. De qué les ha servido su preparación? La estoica, la peripatética y la académica…Si a Tertuliano, se le hincha un huevo y destruye de un huevazo todo todo lo pagano! A ver Quintiliano, qué clase de hombres fueron los humanos? -Para mí lo humanos son la especie que nació sin memoria-
Me increpo en el piso; me arrastro, sé del frío, del cemento, la pradera.
Ignorado; bestial; insignificante; partícula ínfima; alimento de águilas.
Paciente; previsor; calmo; certero; vital.
Aguardo... Me crecerán alas, lo sé.

Despedir la hoguera en la que fui ave;
dejar atrás respiros y absurdos;
las rejas siguen ahí,
yo me desplazo en el cosmos;
vuelvo a mi sonido primordial;
se inquieta el cuerpo
mientras el alma cubre mis espacios.


Asumo

en huesos fragiles

el esplendor del ser y su destierro

mi medula salvaje

mi ambigüedad

tajeada por las uñas de dios

jueves, 7 de agosto de 2008


Porque estás vivo y al Sur entre los muertos y el mar
y canta tu corazón,
cuando quisiera llorar,
llorar por eso de andar solitario y sin saber en qué verso has de beber la lluvia azul del atardecer.
Vienes de barcos que están pintados sobre la piel,
unos queriendo zarpar,otros queriendo volver, volver sin andar el mar, gastados de andar y ser versos, barcos de papel, ocaso azul antes de amanecer. Y en el andar hacia vos por esas calles, estás herido de bandoneón, enfermo de eternidad, desnudando el corazón, golpeado de realidad, soñando lunas tendrás la luna azul de tu tiempo y el mar.
Gris oficio el de poeta, deber y culpa, tal vez, andar y ser de sombra y luz,
surco en el aire y sentirque sólo de andar cantando y en el dolor,
aprendemos a morir, que sólo de andar cantando y en el amor, aprendemos a vivir

lunes, 28 de julio de 2008

Acostumbrado al “uno mismo”
sin olerse los motivos
ni oirse el silencio que ocultan
es dificil llegar a tocar
la invisibilidad que nos formula;

detallar cada signo nuevamente entonces
sofocar al glaciar cultura que nos imita
y se bautisa con nuestro nombre,
desmantelar los paradigmas y los traumas

desarticulación de la forma
para articular el sentido;
veraefigies del vacío;
espíritu del hombre que ha saciado su animal en la concienjcia de su sombra;

suicidar la costumbre,
deshacer el mundo,

dejarse caer sobre la piel que espera
del otro lado del alma.
Víspera del asombro.
Posterioridad del asombro.
Y entre ambas duraciones
únicamente un hueco.
La inminencia y su ocaso:
orillas del vacío.
Sólo tiempo suspendido.
Sólo un claro
en el bosque del tiempo.
Es la más pura claridad:
maravillarse de la nada.
La nada se maravilla de la nada.
Pensar es una incomprensible insistencia,
algo así como alargar el perfume de la rosa
o perforar agujeros de luz
en un costado de tiniebla.
Y es también trasbordar algo
en insensata maniobra
desde un barco inconmoviblemente hundido
a una navegación sin barco.
Pensar es insistir
en una soledad sin retorno.
Una red de mirada
mantiene unido al mundo
no lo deja caerse.
Y aunque yo no sepa qué pasa con los ciegos,
mis ojos van a apoyarse en una espalda
que puede ser de dios.
Sin embargo,
ellos buscan otra red, otro hilo,
que anda cerrando ojos con un traje prestado
y descuelga una lluvia ya sin suelo ni cielo.
Mis ojos buscan eso
que nos hace sacarnos los zapatos
para ver si hay algo más sosteniéndonos debajo
o inventar un pájaro
para averiguar si existe el aire
o crear un mundo
para saber si hay dios
o ponernos el sombrero
para comprobar que existimos.
sincronizado con la palabra-organo, con la accion-volicion, con el alma-carne; a la par del tramendo placer de sentirse a diario hasta que dure esta fortuna y vengan cartas y vinos y poemas y serpientes venenosas (que ya no asustan y por eso besarlas en la boca y sacarles el veneno de la condicion); gosar puede más que mil imagenes y amar puede mucho más -muchisimo- que frangollar tedio, haronia, seguir tirando al ritmo del mercado; cuando digo amar digo justamente eso, AMAR; quiero decir: entender con la piel del espiritu que entre el mundo y uno no sólo no hay fronteras, sino que son indivisibles el yo del otro y por eso no hay jerarquias entre ellos. Que joder!! Amar el mundo es la unica forma de amarse, de cojerse a gusto y procurarse el mejor de los orgasmos.
Destripar
casi por dulzura
la posibilidad del tiempo,
reconocer en el mundo una conjetura inestable

el amasijo habitual
con que el paisaje nos infiere en lluvia;

lodazal atroz, cruenta belleza
o absurda lejanía,
devenir de vos,
unificación inabarcable de gráciles sonrisas
cayendo en un silencio de júbilo golpeado,
clamando por sombra,
por la sed engendrada en su misterio.

miércoles, 23 de julio de 2008

Jamás fui a la academia del orgasmo. No obstante puedo llegar a sentir y descubrir que nadie puede estar seguro que lo que llamamos mundo sea una conjunción de nuestros sueños, o nuestros sueños conjunción de mundos (que el mismo mundo antes mencionado propaga con ironía sobre los cadáveres, esas cáscaras ulteriores al caos, repletas de musgo ya marchito; esa manía obsoleta para la que somos subproductos desechables.
De golpe la nada.
El miedo; el pánico.
La sed de un universo sin infancia recorriendo el esófago y los pretextos.
El trauma soledad.
Necesidad cierta e inclaudicable de penetrar, con pletórica erección, el abierto culo de los civilizados, su infectógena aleación de miseria y oropeles corpulentos, destinados siempre para el agasajo a los siempre vivos ojos de la muerte.
Sólo un pez moja sus ojos sin la necesidad de verter lágrimas.
Fuego ocular. Prueba y error. Dos actos. Dos orgasmos fingidos por la reina puta de Tecnoalcatraz.
_Se escuchan alaridos y este es otro sueño_
Un sueño entre tantos-pienso-y doy vuelta el volante. Paro diez minutos en la banquina. Sigo soñando.

Soy una estrella desnuda merodeando cuerpos más desnudos aun; y cuandio digo "más desnudos" quiero decir: despojados del sentido de pertenencia a traves de acciones cotidianas; eso es lo que soy, y transito lo paisajes del sueño siéndolo ; al acecho de mis múltiples voces, escuchándome gemir, buscando, el umbral del deseo, el cielo razo de las ganas de vivir una vida que se impone como la propia, ocultando un variado número de publicidades, porque, déjenme contarles, "cibernetico" viene de "timonel" de "quien tiene el control" y bueno, lapucha, lo cyber bien que ha colmado nuestras vidas... ¿nuestras? ¿vidas? En fin... Soy una estrella desnuda, y mi intencion es rodear los cuerpos que deseo y adormeserlos en un placer inconmensurable, tremendo placer sojuzgando horas y cuentos y telegaramas. Hola! Soy una estrella... ¿quien quiere ser mi cuerpo?


I

La Lucha como embelesado aire que suda mi piel
trascendiendo voluntad e imaginación
traza el camino locuaz
entre lo que soy
y el que seré.

II

La lucha no es una acción
ni mucho menos una teoría;
La lucha es la sintaxis integradora
de las múltiples palabras
que se van soltando
que van gestando
El transitar.

III

Hoy

Peleamos en esta tierra
o mejor dicho
al costado de lo que fue nuestra tierra;
luchamos sin descanso
por cada poro
por cada molécula
por cada abrazo

en cada gota de sangre.

on line; de borracho y piorque sí

Sin red debajo, a mil kilómetros por ensima de la supuesta realidad - quiero decir- de las encimas estomacales que procuran digerir nuestras vidas en forma de patética rutina irresoluta; lejos, muy lejos, a la suficiente distancia para ver, para verme, para vernos, para indagar en el sustento de lo que llamamos "mundo", "vida" o "yo mismo"; desde acá se ve con presición la insensates de los sentidos, la comedia lacrimógena que escribimos a diario, la falta de compromiso con la razón del vivir, la falta de reveldia real, las pocas ganas de decir "me chupa un huevo tu plasma tu seguro social y tus contratos de alquiler", nuestra bien elaborada caracterizacion de razonablemuñequitodecorral... Pero dejenme decir, decirme, y si quieren y les interesa desirles: aun creo en eternautas; aun creo en Favalli, y creo, profundamente que la vida es nuestra vida, y para vivirla hace falta compromiso con la incertidumbre, luchar por ella, confiados en el camino que recorremos, el camino que se abre como una flor dentro de la mente cuando uno aprende a dejar pasar las concepsiones mentales y a tocarse a uno mismo desde y atraves del silencio.


Apagó el pucho con demasiada bronca. Quedó mirando el cenicero como esperando de él una respuesta.
No la obtuvo. La ira se fue desgastando hasta convertirlo en una pulsión de angustia intensamente demacrada.
Como un excéntrico número 7 en la cancha de su externa estructuralización tiró un centro al área, quien se echó a reír, sínica, desvergonzadamente irrespetuosa, encarnizada, ávida de otros centros inocuos, irreversiblemente al pedo, puesto que ningún 9 la habitaba.
Pidió un café doble, pidió el diario, preguntó alguna bobería, pidió, quiso rogar, suplicar, quiso rezar pero el número estaba momentáneamente inhabilitado para recibir rezos (muchas gracias).
En la cancha de su estructurarse se aconsejó abandonar el arco y calzarse el gol en la zurda, pero tubo que negociar y por unos cuantos partidos se quedó como 5 tapón.
Le trajeron el café, le trajeron el diario, le contestaron alguna bobería; la concordancia de acciones en el canal externo andaba a la perfección.
Las moscas se posaban sobre las hojas supuestamente entintadas con noticias, sus ganas se vieron reflejadas en el pasado y se redescubrieron como único tedio, apatía despertando muertes, procreando algo parecido a una vida, ese algo parecido a una vida que era él.
Pagó la cuenta. Se fue hasta su casa. Se acostó enseguida.
El niño moribundo
el hambre que lleva adentro
flamea en el cielo
como estandarte de mi patria,
enarbolando espanto como cultura
-a esta altura del partido-
más que como simple mishiadura.


¿No es cierto Mario que cada libro es un corte de manga a la muerte?

(de H. Constantini a Mario De Lelis)



el equilibrio, la fuerza, la concentración; el amanecer al mundo al que no estamos acostumbrados a sentir, pero nos corresponde

viernes, 18 de julio de 2008

Este enjambre de vida
al que llaman 27.860.121

este pretexto de la eternidad
para seguir su camino

el canto que no necesita oídos,
la sed que se busca ceca
por puro instinto es
la verdad inexorable que me guía.
Sólo es posible saciar el hambre
con el alma desnuda
de ego innecesario

así como sólo es posible amar
Abandonado de sí para serse otro.
La palabra suele ser un muro que sustenta
la negación de una persepción sin nomenclatura posible

salvo cuando la palabra no dice un significado
sino el silencio que guarda una verdad;

por eso la palabra es sólo un cacho de piel
atravesada por un símbolo impropio
y la poesía
saliva que pretende fecundar sus poros.
Dios es una palabra sola
en los márgenes del sentido,
una palabra que es siempre plural,
empedrado del ultimo callejón del alma:
La conciencia

La conciencia que es el paladar del alma

El alma que es la Nada al manifestarse

y nosotros
el anagrama causal de ese movimiento.

jueves, 17 de julio de 2008

Tonalidades del alma
diciendo la piel del mundo

tus manos
siéndose lluvia
dentro de mi cuerpo
Gente sola y comiendo
o acompañada y comiendo,
con caras largas comiendo
su exasperante soledad

la poca vida que engendra
su destierro imaginario
en el paraiso de la muerte es
el sin sabor cotidiano que mastican como plegaria
al más escabroso de los desatinos.

miércoles, 16 de julio de 2008

Eslabones de quietud miran
al mono masticador de mariposas empalagarse
de tanto aleteo fragil por entre sus colmillos
y tolerar las horas
-más fragiles aun-
hasta decapitarse con el tedio como desesperante guillotina;

ellos miran
y el los presiente
detras de su negro esperma codicioso
ignorando que puede detener la guillotina
con el fragil aleteo de una mariposa.

martes, 15 de julio de 2008

mis ojos de no mirar
son las manos del gemido compartido
de la realidad superada
de la no-realidad
en la que nuestras lenguas zigzaguean
como metáfora tangible del universo
Transito
un sol de inventiva
desnudo de mí
plagado de infinitos sutiles

tiernos lazos que me unen al mundo
rumiando mapas de aire
amparados
en el descontento de la duda innesesaria
o en el desacierto robusto de la certeza
muchas almas transitan celéricamente
coléricamente
sin advertir la tibieza de su sangre

detrás del silencio
hay un silencio que espera

Estamos en la ganchera; sin tinta; rodeados de cadáveres voluptuosos;
estamos, inquietos, cotidianos, insasiables, vivos todavía y quizá por siempre.
Revolución no es una palabra, sino la acción interior del encontrarse y despertar,
y estamos en la ganchera de la revolución
porque no aceptamos al frigorífico ni al desvarío sociavilizador de la góndola indigna.

domingo, 13 de julio de 2008

Primeras hojas del blog
Poesía "inedita por olvido" del maestro Costantin (con foto frente a la maquinaria del orgasmo como yapa) y mimos del maestro Juarroz con guarnición de viñetas uterinas disímiles y desencangayadas.

Admitamosun aséptico bar,con fórmicas, ventanas,chaquetas, música ambiental,tickets, etcétera. En frente, un cine o un garage,o un cartel luminoso,o simplemente el tiempo T (él es lento, sombrío, fatigado,viscoso y previsible). Ahora bien,en el caso de que el cartel luminosogolpee insistentemente hasta la náusea,y si eliminamos por simplificación(y por razones obvias) el garage y el cine,nos quedan agrupados los siguientes recuerdos :una calle de tierra,una magnolia,un perro al que uno amaba,una zanja con yuyos donde estaba el asombro,los huevitos de galloy la siesta. Descomponiendo entonces siesta en sus usuales términos :palomas, aguaciles, perezay patio con frescura,podemos fácilmente admitir la existenciade otro tiempo T'particularmente azule idéntico al prodigio. Pero como por definiciónestán los autos en la avenida Cabildo,sumados al smog,a la nostalgia,al correr despiadado de los años,y a lo que llamaremos provisoriamente X,multiplicamos por neurosis,dividimos por la constante 1954,y queda por lo tanto :X igual a miedo, igual a impenetrable cáscara,igual a envenenada y perra soledad. Que es justamentelo que queríamos demostrar.

miércoles, 9 de julio de 2008

Tengo un pájaro negro para que vuele de noche,
y para que vuele de día tengo un pájaro vacío.

He descubierto que ambos ocupan el mismo nido,
la misma soledad;
por eso suelo quitarles ese nido
para ver lo que hacen cuando les falta el retorno;

y hací he persibido un increible dibujo,
el vuelo sin condiciones
en lo absolutamente abierto.
Dividendos del silencio.
¿Qué puede escuchar un oído
cuando se apoya en otro oído?
La ausencia de la palabra
es un largo signo menos
que se desprende de su cifra.
El color es otro modo
de reunir el silencio.
La forma es un espacio distinto
que presiona al otro espacio
como si fuera una cáscara.
Un pájaro retrocede
ante un sol cuadrado y negro
y se para al revés sobre el alambre
donde calla un pensamiento.
Y el pensamiento retrocede a su vez ante el pájaro
como la goma de una honda
que arroja proyectiles de silencio.
Un pez enloquecido
desparrama el corazón del agua
en el centro del hombre
y allí abre el espacio
donde puede nadar
el silencio del pez,
su acrobacia de ausencia.
Versión simple del mundo:
el lugar que encontramos.
Versión más ajustada:
el lugar que dejamos.
Versión perfeccionada:
el lugar para buscar otro mundo.
Versión casi definitiva:
el lugar de una ausencia.
Y otra más todavía:
el lugar que nos prueba
que ser no es un lugar.
Y la última versión:
el mundo es el lugar para aprender
que ser no necesita lugar.
¿Dónde está la sombra
de un objeto apoyado contra la pared?
¿Dónde está la imagen
de un espejo apoyado contra la noche?
¿Dónde está la vida
de una criatura apoyada contra sí misma?
¿Dónde está el imperio
de un hombre apoyado contra la muerte?
¿Dónde está la luz
de un dios apoyado contra la nada?
Tal vez en esos espacios sin espacio
esté lo que buscamos.

Largo y húmedo sueño,
paisajes soleados y blandos en el transitan,
como si fuera una invención de sí mismo
palmo a palmo, dibuja desandándose
una ilación inverosímil para los sentidos

una puñalada de sed
enterrada en el espasmo más hondo y propio
de mi desierto.
Hoy pensaba, y pensaba bien. Sentí que era una partícula de una partícula de una partícula un cacho más grande, pero pequeña aun; sentí que era una graciosa partícula pretendiendo vivir mi vida, que “yo” era un resultado de otras partículas y que, entonces, la partícula que yo compongo esta en un cuerpo que no puedo ver en mi condición; y sentí también que no hay un cuerpo final, que lo que llamamos universo no es más que una partícula de una partícula de una partícula. Sin principio ni final (o tal vez con principio y fin) partícula más partícula, lo único que existe es un movimiento estático, una pulsación eléctrica desplazándose a talvez del silencio. Nuestra cotidianeidad (todo lo que juzgamos real y todas nuestras acciones) son sólo restos residuales del infinito buscando solidificarse imitando la geometría de las partículas que componemos y que nos componen. Hoy pensaba… Hay que gozar del vivir.
Porque basta de supuesta razón y su mundo –este mundo desbordado de carencia, soledad, vida al pedo. Basta de manto piadoso, me alfombra con su tierrita debajo; de oscuros silos mercenarios que nos confortan. Basta. Sencillamente.
Suena el despertador y despertar, Recolectar miles de pulsaciones publicitarías, renegar, frangollar las horas, afilar el tedio, enhollinar el alma, incinerar la mirada, acribillarse de símbolos que nos tienen por destinatarios, y a quienes correspondemos brindándoles nuestra rutina, nuestras emociones, nuestro acaecer solitario por la tarde y los edificios y las rosticerías y los circunspectos acreedores del aniquilamiento que no le aflojan en nudo al lazo, la garganta se quiebra, la lengua se hincha y no afloja, uno obedece y se queja y obedece nuevamente, cada vez más manso, desvariando; masturbando la vivencialidad como forma de alivianar los traumas de la cadena.
Sencillamente. Basta.
Invocar al sutil hilado de luces y sombras de vez en cuando sienta bien. No es posible anquilosarse por siempre, o, en todo caso, siempre es sólo una expresión con que uno busca reducir lo que comprende a un entendimiento estéril para resolver sus conflictos existenciales. Invocar al sutil hilado entonces, y amar su mirada dulce, su piel de hembra fingiendo inocencia, y caer en su telaraña, ser su tejedor lúdico, andarse las noches por sus razones y sus ramas frondosas, serse un todo en su perfume, serse nada en su sentido; iluminar la propia sombra y ser ella iluminando la vida. Sencillamente. Eso.

Hoy se me antojó el mundo como un racimo de uvas frescas
moradas
efervescentes;
esplendor rotundo;
y me las comí.
Sobre el Nacer, el Nacimiento, y el hombre. El nacer implica en primera instancia la muerte de un estado anterior, y en segundo término el comienzo de un plano temporal; el nacimiento es, entonces, un periodo de transición entre muerte y vida. En el hombre las cuatro emociones básicas (alegría y rabia; miedo y tristeza) confluyen durante este período en el cual al conjugarse la cualidad expansiva de las primeras y la cualidad retrospectiva de las segundas debe afronta un estado perceptivo turbulento, en donde la psiquis se ve absorbida, el alma muta frágil ante la ciclotimia que marca el plexo solar, y el espíritu, partido entre su parte muerta y su parte nueva, busca reencontrarse. (Por esto el nivel de sabiduría alcanzado por un hombre es visible en la actitud con la que afronta sus nacimientos) . Calidoscopio posmoderno bajo la luz del Nacer. A dónde nos dirigimos si la acción primaria del buscar la propia identidad del espíritu es relegada de por vida, dejada con pasmosa ignorancia de lado, revestida por ropajes complejos para ocultar la simple esencia de nuestras vidas. Cundo uno no realiza sus formas concorde con La forma aprieta involuntariamente el gatillo; el berretismo se vuelve crónico entonces, y los mandalas se persignan ante la desfachatada muerte que el individuo le provee al ser. Parecen reflexiones complejas ciertas acciones cotidianas; es debido a las pocas intenciones de vivirse que el uno mismo sociabilizado procura no enfrentar de manera eficaz dichas acciones. No es enteramente su culpa, mucho menos su voluntad (puesto que carece de voluntad, y lo que denomina de esta manera solo es un cuenco repleto de ordenes; imitaciones de malos entendidos sobre malas interpretaciones). Todo esta por aprenderse, hasta el placer superficial necesita de comprensión previa para ser saboreado ya que de lo contrario no es placer, sino emociones sensitivas que se sugieren ante nuestra percepción. Con el transcurso de los años el individuo se va transformando en sus conclusiones sobre lo que percibe, de esta manera logra evitar la poca conexión que pudo haber tenido de pibe con la abstracción que lo formula, no teniéndose ya que preocupar por el vacío que lo aterra y con el que tendría que convivir si buscase su vera identidad. Las formas se deslizan hacia su ebullición; pletóricas; amanecer perpetuo de hambre multíbora sin ojos ni manos ni nariz, ni piel siquiera; tan sólo hambre de muchas bocas, de todas las bocas, siempre naciendo, muriendo, volviendo a nacer. El “tener”, la posesión, el como uno administra sus cosas y el como las cosas lo administran a uno, las predeterminaciones, las ganas, todo lo que esta por hacerse; el oficio de comprender la voluntad que resiste la espada en el corazón; la –llamémosle- magia o Deidad de un rayo de luz que agoniza ante los ojos humanos en un atardecer, prosiguiendo su camino ante la percepción del cosmos, me retuerce la tarde. Palabras, sonidos, olores, intenciones y moretones, quebraduras o hasta decapitaciones. Vida que pasa y uno que toma algunas cosas y se queda con ellas y se olvida de donde las tomó y se queda, indefinidamente, en una foto que envejece sin existir pero suponiendo que sí. Vera efigies del nacer humano. El objetivo de nuestros múltiples nacimientos es llegar a Mirar; ver a través de la piel oculta; palpar a través de los ojos de dios. Volver al lobo y sonreír.
Unico cuerpo para dos placeres
desliza cielo sobre piel
transformándonos
en la comisura de la boca
que nos reinventa en beso
Mi ley:
Enfrentar los miedos
Apaciguar las emociones
Expandir la persepción
Entrenar el cuerpo y la mente
Realizar el espíritu
Contemplar el mundo
Serse naturaleza
Me despabilo de la costumbre,
derrito la gran lagaña rutina
que trasviste mi mirar,
entonces
la poesía es el paladar con el cual saboreo la naturaleza,
la música es la piel de ese paladar,
la membrana que persibe al mundo
y se lo devora
maravilloza y maravillada.
...y uno silla de todo su esqueleto encayado en la cultura;
y uno plaza
bosque
selva
espesura tibia emancipándose sobre la nada,
conciencia y volición,
refusilo de memoria en la eternidad vacía;

puro trauma desencadenado
en el siempre intento del vivir.
Me siento lo que deseo ser
mientras actúo lo que soy

en esa lucha
por entre la desnudez que implica
invento la máscara que guía mis días;

soy el llamado del vacío
el despertar del espíritu libre

eterno y fugaz.
Despegar del cielo,
floreser en manos que sostengan tierra
mundos
sangre tibia;

despegarse los muertos encayados
los que obstruyen la piel nueva
los que tapan las arterias del alma;
desprenderse los motivos como botones obsoletos y condicionantes,
mirarse al desnudo de identidad
antes de parirse en máscara,

suicidar la costumbre,
deshacer el mundo,

dejarse caer sobre la puiel que espera del otro lado del alma.
Rostros
casas
calles
corazones más o menos tristes

la voz que piensa lo que yo digo
regalándome un hogar parido a tientas
y en él
lo que yo pienso y no digo
desnudando las horas;

la historia común.
Canibal insomne en la selva que me ejecuta;
Lluvia torrencial partiendo la sangre
dispersándola
en infinitas mariposas de erotismo;
Vértigo de cada molécula a cada gota de luz
en cada caricia del alma cayendo
al precipicio de la piel
como rio epifanía de la vida al desnudo.
Me escribo
me soy palabra
y como palabra busco ser cuerpo
para escribir con músculo y sudor
la poesía del alma.
_Desarticulación de la forma
para articular el sentido;
Veraefigies del vacío;
Espíritu del hombre que ha saciado su animal en la concienjcia de su sombra;

Camino abierto en la flor que cierra su belleza
para protegerla del frio de la noche._
Acostumbrado al “uno mismo”
sin olerse los motivos
ni oirse el silencio que ocultan
es dificil llegar a tocar
la invisibilidad que nos formula;

detallar cada signo nuevamente entonces
sofocar al glaciar cultura que nos imita
y se bautisa con nuestro nombre,
desmantelar los paradigmas y los traumas

sentarse en la orilla de la no-orilla
dejar de actuar por reflejo de memoria
comenzar la acción volitiba a través de los sentidos,
deleitarse y gozar
expandirse sobre el gose
como una lluvia sin nombre en el paisaje del no-lugar

y entonces sí
Ser.