miércoles, 9 de julio de 2008

Tengo un pájaro negro para que vuele de noche,
y para que vuele de día tengo un pájaro vacío.

He descubierto que ambos ocupan el mismo nido,
la misma soledad;
por eso suelo quitarles ese nido
para ver lo que hacen cuando les falta el retorno;

y hací he persibido un increible dibujo,
el vuelo sin condiciones
en lo absolutamente abierto.

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