Acostumbrado al “uno mismo”
sin olerse los motivos
ni oirse el silencio que ocultan
es dificil llegar a tocar
la invisibilidad que nos formula;
detallar cada signo nuevamente entonces
sofocar al glaciar cultura que nos imita
y se bautisa con nuestro nombre,
desmantelar los paradigmas y los traumas
sentarse en la orilla de la no-orilla
dejar de actuar por reflejo de memoria
comenzar la acción volitiba a través de los sentidos,
deleitarse y gozar
expandirse sobre el gose
como una lluvia sin nombre en el paisaje del no-lugar
y entonces sí
Ser.
miércoles, 9 de julio de 2008
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