martes, 19 de agosto de 2008


Hay que alcanzar esa mirada
que mira a uno como si fuera dos.
Y después mira a dos
como si fueran uno.
Y luego todavía
mira a uno y a dos
como si fueran ninguno.
Es la mirada que escribe y borra al mismo tiempo,
que dibuja y suspende las líneas,
que desvincula y une
simplemente mirando.
La mirada que no es diferente
afuera y adentro del sueño.
La mirada sin zonas intermedias.
La mirada que se crea a sí misma al mirar.

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